Árbol frutal: Ciruelo. Uno de los árboles frutales más frecuentes en los huertos mediterráneos es el ciruelo. Sus frutos deliciosos y su inigualable belleza le otorgan un doble uso: como productor de fruta y como árbol ornamental. Se trata, por tanto, de una especie muy versátil, que, además, es muy fácil de cultivar y ofrece buenas cosechas sin necesidad de muchos cuidados. Morfología De la familia de las rosaceae, el ciruelo procede de las zonas occidentales de Asia. Existen muchas variedades que ofrecen ejemplares que no pasan de ser arbustos, y otros que superan los cinco metros de altura. Estos árboles son de hoja caduca, de ramas abiertas y de copa esférica. El ciruelo ofrece estampas únicas en el paisaje de los jardines. En otoño las hojas, medianas y aserradas, se tornan de colores cobrizos y rojos, mientras que en marzo, cuando despierta la primavera, las pequeñas flores, que salen antes que las hojas, llenan los huertos de profusos tonos blancos y rosados. Su corteza es de color oscuro y lisa. El fruto llega en verano, con dos variedades, generalmente amarillas y rojas. Las ciruelas son conocidas por su alto contenido en vitaminas, minerales y fibra, lo que las convierte en excelentes reguladores del tránsito intestinal. Estas frutas se pueden degustar frescas o secas, aunque también se utilizan para elaborar mermeladas y jarabes medicinales.
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